viernes, 19 de febrero de 2010

SESIÓN TRES, JUEVES 18 DE FEBRERO DE 2010

ESPACIO-LUGAR-AMBIENTE. LA CRÓNICA COMO EXPRESIÓN DE CIUDADANÍA.

EL ESPACIO:

La noción de espacio, como la noción de tiempo, es una abstracción humana. Existe en tanto podemos vincularla con la percepción de un sujeto, una persona. La enciclopedia define el espacio como: “Continente de todos los objetos sensibles que coexisten//Parte de este continente que ocupa cada objeto sensible.//Capacidad de terreno sitio o lugar.//Transcurso de tiempo.//Lugar descampado.//Geom. Lugar con tres dimensiones: longitud, latitud y profundidad. Éste es el que perciben intuitivamente nuestros sentidos.” Es decir, podemos vincular la noción de espacio a una habitación, a un terreno o al universo que nos contiene y cuyo espacio, en realidad, no es medible. La teoría de la relatividad planteó inclusive la existencia de una cuarta dimensión, que sería vertical a los tres ejes de coordenadas ya mencionados, longitud, latitud y profundidad. Matemáticamente es posible desarrollar geometrías de cualquier número de dimensiones, pero no ha sido posible demostrar la realidad física de esa posibilidad. Algunos relatos de ciencia-ficción se basan en esos presupuestos. Pero en lo que compete a un cronista, que pretende representar la realidad actual, o pasada, nos centraremos en el vínculo del espacio con la actividad humana:

Formas de presentación del espacio
a) estable: El sujeto que ve, observa desde un punto fijo.
b) dinámica: El sujeto que ve, se desplaza.

LOS PERSONAJES Y EL ESPACIO:
Oposiciones espaciales:
-interior-exterior (protección o peligro)
-cerca-lejos (visión global ó visión detallada, estar cerca del objetivo o no)
-abierto-cerrado (libertad-prisión)
-conocido-desconocido
-asequible-inasequible (El castillo de Kafka)
-ciudad-campo (la ciudad equivale a la civilización y el campo a la barbarie; o a la inversa (la ciudad, lugar de corrupción y alienación y el campo como lugar de la pureza)
marco: implica las notaciones de tiempo histórico y de lugar geográfico en que ocurren los acontecimientos, mediante el marco es posible percibir él ó los ambientes en que se desarrolla el acontecer.
el espacio y su percepción a través de los sentidos: (vista, oído, tacto)
-cerca-lejos (un rumor que se vuelve griterío, puede implicar peligro) oído
-oscuridad-claridad (la oscuridad no permite ver, desdibuja el lugar, sus formas, colores, volúmenes, un anciano, por ejemplo, o un miope, pueden tener dificultades para percibir el espacio) vista
-El personaje, aún si no puede ver bien el lugar puede describirlo a través del tacto (húmedo, de barro, caliente-frío [la vendedora de fósforos que muere de frío]
Los objetos
El relleno de un espacio viene determinado por los objetos que cabe encontrar en él. Determinan el efecto espacial de la habitación por su forma, medida y colores. La configuración de los objetos, puede también tener una influencia en la percepción de ese espacio. En algunas historias se presentan los objetos en detalle. En otras historias cabe presentar el espacio en forma vaga e implícita.
Los ambientes y los objetos, así mismo, pueden caracterizar a los personajes por su clase social, edad, sexo, etc. "El alojamiento de una persona está conectado especialmente con su carácter, su forma de vida y sus posibilidades".

ESPACIO Y ACONTECIMIENTOS

Hay historias en las que espacio y acontecimiento están estrechamente vinculados: declaraciones de amor a la luz de la luna, apariciones fantasmales entre ruinas, alborotos en bares. Estas combinaciones prefijadas se las denomina topos.

TIEMPO Y ESPACIO
"La relación entre tiempo y espacio es de importancia para el ritmo. Cuando un espacio se presenta extensamente, es inevitable una interrupción de la secuencia temporal, a menos que la percepción del espacio sea gradual (en el tiempo) y pueda, por lo tanto, considerarse un acontecimiento.
Contexto temporal: Tiempo en el que ocurren los hechos narrados, si están narrados en presente o pasado, se enfocan en el tiempo actual o en algún otro período de la historia (novela de época o novela histórica). O en el caso de la ciencia ficción o el relato fantástico se ubican en un tiempo futuro o imaginario.


EL LUGAR: Se refiere a la posición geográfica en la que ocurren los acontecimientos (la ciudad de Caracas, San Fernando de Atabapo, el Delta del Orinoco). Mientras que el escenario es el lugar específico donde ocurren los acontecimientos: la habitación del personaje en el cual se centrará la crónica, el teatro, la puerta de la casa, la avenida Casanova de Caracas, el restaurante X.

Las referencias del lector: Si cierto acontecimiento se sitúa en Dublín, significará algo distinto que si ocurre en París, o en Machu Picchu. Hay lugares culturalmente emblemáticos. Todas las capitales, especialmente las grandes urbes, tienen rasgos comunes, pero si el lector vive en la ciudad o el escenario reseñado podrá interpretar ciertas claves o referencias que le son familiares. Mientras que la lectura de una crónica que transcurre en un lugar exótico despierta su imaginación o se espíritu de aventura. La periodista argentina Leila Guerriero para escribir su libro crónica Los suicidas del fin del mundo (Tusquets, 2005), viajó a un pequeño pueblo olvidado en la Patagonia, Las Heras, en el que se produjeron, en pocos años, una ola de suicidios, todos personas muy jóvenes. En ese caso el lugar es fundamental para entender la trama de la historia relatada, como en cualquier historia de horror, de pesadilla.

CONTEXTO SOCIAL O EL AMBIENTE: El entorno cultural -religioso, moral, social-, que condiciona el comportamiento de los personajes y que se expresa como una atmósfera o espacio espiritual que define, en último término, las característicos del acontecer.
De acuerdo a su contexto social o de ambiente podemos decir que un relato retrata la vida campesina, pequeñoburguesa, obrera, estudiantil.

A estas nociones de espacio, lugar y ambiente habría que agregar, tal como lo plantea Víctor Bravo en Figuraciones del poder y la ironía, que en nuestra representación de lo real intervienen tres ejes o esferas que colindan:
a) la objetividad
b) la subjetividad
c) Intersubjetividad
Existe el espacio observado, pero en su configuración verbal intervienen los tres ejes vinculados a la representación de lo real: a) la realidad objetiva, que perciben los sentidos; b) la subjetividad que influye en quien observa, las características del personaje vinculada al contexto y la situación en la que se encuentra (un lugar puede resultar extraño o amenazante para un niño, pero no para un adulto; o puede estar cargado de significación emotiva, según las circunstancias, etc) y c) La intersubjetividad: Hay lugares que tiene una connotación simbólica colectiva, como una Iglesia, un cementerio, un lugar de diversión o de reputación dudosa.

Leímos diversos textos en los cuales puede observarse las nociones de espacio, lugar y ambiente. El vínculo con el lugar es muy importante para la crónica, aún si se centra en un personaje, con frecuencia es su pertenencia a un lugar lo que lo define. Por ejemplo, es frecuente la contraposición entre personaje rural y urbano; lo rural se vincula a lo salvaje y desorganizado mientras lo citadino o urbano representa el mundo civilizado. Mientras la crónica de Indias se centró en el mundo natural del nuevo continente; la crónica costumbrista contrapuso lo rural y lo urbano; la crónica modernista y contemporánea se centran en la vida citadina. Pero, ¿qué define y diferencia el campo y la ciudad?:

-Uno de los factores que definen el salto de comunidad a ciudad es el crecimiento, en tres sentidos: a) El crecimiento demográfico (aumento de la población); b) El crecimiento económico (crecimiento en la producción de bienes); y c) El crecimiento espacial (extensión del espacio urbanizado). Las transformaciones sociales determinan nuevos roles y cambios en la ciudad física.
-La densidad de población en el ámbito urbano determina las formas de vida pública multitudinaria, lo masivo, que podemos vincular con el anonimato y la alienación, pero también con formas de identidad y memoria colectivas típicamente urbanas. La psicología de las masas, como expresara Freud, va más allá de la suma de sus partes individuales. La llamada industria cultural con sus ídolos y productos o los medios de comunicación masiva, sus imágenes o mensajes se configuran acorde a esa psicología de las masas. La ciudad contemporánea puede definirse como un centro de consumo.
-La pluralidad de ámbitos y culturas propias del vivir citadino y cosmopolita crea una gama rica de identidades sectorizadas pero también de alteridades, disidencias y enfrentamientos. En el ambiente rural, comunitario, es más frecuente la identidad, es decir, los modelos de comportamiento comunes. Mientras que las nociones de centro y periferia son más frecuentes en el ámbito urbano, donde algunos grupos se imponen sobre otros y dominan el ámbito público. Dentro de la diversidad urbana se hace indispensable la adopción de principios que regulen el comportamiento, el establecimiento por escrito de las leyes y las instituciones que hacen cumplir las leyes: la policía, los jueces y juzgados.
-Las formas de expresión urbanas son igualmente diversas y algunas son masivas: el espectáculo concebido para la multitud, las expresiones culturales efímeras, hechas para satisfacer el gusto, la moda del momento, el mitin político, entre otros.
-Los espacios simbólicos que identifican a la ciudad moderna son artificiales, mientras que los espacios simbólicos rurales están más vinculados a la naturaleza. Igualmente, se contraponen el vicio y la virtud, al diferenciar ambos espacios, la ciudad se vincula al vicio, la corrupción, la criminalidad, mientras el campo simbólicamente hablando es el lugar de la inocencia, la pureza. Lo exquisito y lo decadente también definen lo urbano y la desazón como característica espiritual.

Espacios y rasgos de identidad: En la ciudad hay espacios emblemáticos colectivos vinculados a la memoria y cultura de sus habitantes. Algunas décadas atrás la Ciudad Universitaria, las torres del Centro Simón Bolívar, la reurbanización de El Silencio, el hotel Humboldt en la cima del Ávila, el proyecto (inconcluso) de El Helicoide, fueron construcciones arquitectónicas emblemáticas vinculadas a la modernidad, al progreso. Como hoy, por ejemplo, en menor escala, la transformación de algunos espacios públicos en el municipio Chacao, reflejan cambios vinculados al ejercicio de la ciudadanía. Otros espacios públicos también han devenido en espacios simbólicos colectivos: la Av. Bolívar o la Plaza Brión como espacios colectivos de expresión política; la Plaza Altamira o los espacios aledaños a la Plaza Morelos, vinculados a la expresión cultural. Curiosamente un espacio natural es el lugar emblemático de los caraqueños de todos los ámbitos sociales y culturales: el Ávila, la cadena montañosa en cuyo valle se asienta Caracas.

La ciudad en la literatura venezolana: Desde el siglo XIX podemos mencionar textos literarios venezolanos vinculados al vivir citadino, la crónica costumbrista es básicamente urbana. A finales de ese siglo ya encontramos novelas como Todo un pueblo de Miguel Eduardo Pardo ó Ídolos rotos de Manuel Díaz Rodríguez que transcurren en la Caracas de la época, una ciudad aún rural. A comienzos del siglo XX, en obras como La Trepadora de Rómulo Gallegos o ifigenia de Teresa de la Parra podemos observar la descripción de la Caracas que ya presenta algunos rasgos de ciudad moderna. En Los alegres desahuciados de Mariño Palacios y en algunas de las novelas de Guillermo Meneses como Campeones, El falso cuaderno de Narciso Espejo, La misa de arlequín, ya podemos observar las características de una ciudad moderna. En la década del sesenta ya podemos señalar la consolidación del ambiente urbano en nuestra literatura con obras como País portátil de Adriano González León, Piedra de mar de Francisco Massiani, Historias de la calle Lincoln de Carlos Noguera, No es tiempo para rosas rojas-Antonieta Madrid, Los pequeños seres- Salvador Garmendia, Cuando quiero llorar no lloro-Miguel Otero Silva. Casi todas estas novelas, salvo Piedra de mar, tienen un elemento común: la violencia urbana. En épocas más recientes podemos destacar las novelas de ambiente urbano Después Caracas-José Balza y Latido de Caracas-Gisela Kosak.


Bibliografía:

Bal, Mieke. (1990). Teoría de la narrativa. (Una introducción a la narratología). Madrid: Cátedra.
Calsamiglia, Helena y Amparo Tusón. (2002). Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.
Jara, René y Fernando Moreno. Anatomía de la novela.
Márquez Rodríguez, Alexis. (2006, 2da. reimpresión de la 2da. edición). La comunicación impresa. Teoría y práctica del lenguaje periodístico. Valencia/Caracas: Vadell Hermanos.

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