miércoles, 17 de febrero de 2010

Sesión 2, jueves 11 de febrero de 2010


En la segunda sesión continuamos revisando algunas de las características de la crónica y hablamos sobre la construcción del personaje:

LOS TIPOS DE CRÓNICA

Perspectiva diacrónica: Como todo género, la crónica ha ido cambiando a través del tiempo, cambió en su intencionalidad y en su estilo:

La crónica histórica o crónica de Indias: Su intención era dar cuenta de la nueva realidad encontrada en el continente americano. En ellas parece confundirse la realidad con la ficción y el mito. Son también relatos épicos, de grandes hazañas frente a la naturaleza indomable de América. Sin olvidar que tenían un sentido práctico: informar a la Corona española de todo aquello a lo que puede sacársele provecho en el nuevo continente, incluyendo a sus pobladores.

La crónica costumbrista: Se publica en la prensa y las revistas de la época (siglo XIX). Están vinculadas a los procesos de Independencia política en América Latina, y la consecuente necesidad de definir, a posteriori, lo nacional. El protagonista de la crónica es el personaje típico.

La crónica modernista: También se publica en prensa y las revistas de la época (finales del siglo XIX y comienzos del XX). El cronista del Modernismo es escritor de oficio, quiere dar cuenta de hechos noticiosos de actualidad, y en un lenguaje de marcada elaboración estética.

La crónica contemporánea: Circula inicialmente en la prensa, la escriben escritores y periodistas de oficio, se centran en personajes y hechos de actualidad. Se diversifica según su tema. Hoy podemos encontrar crónicas no periodísticas en los nuevos medios virtuales. El blog, en principio, alberga, los más diversos tipos de crónica.

Perspectiva sincrónica

Según el tema que aborde podemos distinguir en un mismo período diversos tipos de crónica:

La crónica deportiva: Se centra en algún aspecto de un evento deportivo: Un juego específico, un atleta destacado, etc. El cronista, más allá de informar los resultados de una competencia, nos entrega los aspecto humanos de una competencia, se detiene en el impacto de la victoria o la derrota, la actitud de los espectadores, “aquellas pasiones y sentimiento que envuelven al deporte” (Earle Herrera, La magia de la crónica)

La crónica de sucesos o crónica “roja”: Relata los hechos delictivos o fuera de la ley (robos, asesinatos, tráfico de drogas), o trágicos, que ocurren en una ciudad; o aquellos que ocurren a nivel planetario, que por su trascendencia, se consideran de interés público (el paso devastador de un huracán, los efectos de un terremoto, o inundación). En este caso, por razones éticas, el cronista no puede, o no debe, tomar partido. Defender un acto criminal, le acarrearía el rechazo público. Un caso emblemático de crónica de sucesos, es la novela de no-ficción A sangre fría, de Truman Capote, que relata el asesinato de una familia en Kansas, e intenta adentrarse en la psicología de quienes cometieron el delito. Para escribirla su autor se trasladó al lugar de los hechos, entrevistó a personas de la comunidad, y los propios asesinos.

La crónica social: Da cuenta de eventos públicos de relevancia social, como su nombre lo indica: bautizos, bodas, cumpleaños, presentaciones de libros, películas, productos, servicios, etc. Sus protagonistas son, por lo general, personalidades de los estratos medios-altos y altos de la sociedad. La reseña de estos eventos, tal como ocurre con la publicidad, presenta una suerte de vitrina de exhibición de los protagonistas de una época, que siempre son: las familias “distinguidas”, las damas “elegantes”, los “excelentes” anfitriones.

La crónica de cultura y espectáculos: Reseña eventos vinculados al arte y la cultura (una exposición, un concierto, un evento de artes escénicas, la llegada a cartelera de una película) aunque también puede centrarse en una personalidad destacada en particular. Al igual que el cronista de sociales, para el de cultura y espectáculos, es fundamental el lenguaje: debe saber sobre el arte a ser reseñada y sus términos. Nos habla de “trazos”, “colores”, “tono de voz”, “movimientos musicales”, “los planos de la película”, “el guión”, “los personajes”, etc.

La crónica política: Como su nombre lo indica trata sobre el acontecer político de una época. Puede centrarse en un personalidad específica, un líder político, o en un evento o acontecimiento. Al igual que otros tipos de crónica utiliza términos que le son propios: “democracia”, “liderazgo”, “popularidad”, “demagogia”, “evento electoral”, etc.

FORMAS DISCURSIVAS CON LAS QUE TRABAJA LA CRÓNICA

La crónica puede hacer uso de todos los géneros discursivos que pueden estar presentes en una narración:

Narración: “Relato de una serie de acontecimientos lógica y cronológicamente relacionados que unos actores (personajes) causan o experimentan.” (Mieke Bal, Teoría de la narrativa). Tradicionalmente la narración presenta tres secuencias básicas: un estado inicial-nudo o complicación y la solución o desenlace. En el plano del contenido la narración está conformada por los personajes, el lugar y/o ambiente, las acciones y acontecimientos. Igualmente debemos determinar el tiempo de la narración. En el plano de la expresión debemos configurar el narrador (¿quién cuenta?, si estará representado de manera explícita); el punto de vista (¿cómo cuenta?¿desde qué perspectiva?); la focalización (¿en qué se centra el relato) y el estilo (como ya hemos señalado en la crónica es frecuente el uso de modos de expresión oblicuas: el humor, la ironía, la parodia, la paradoja).

Descripción: “Dibujar o representar una cosa, de modo que de cabal idea de ella.//Representar personas o cosas por medio del lenguaje.//Log. Definir una cosa, dando una idea general de sus partes o propiedades”. (Alexis Márquez Rodríguez, La comunicación impresa).

Diálogo: “Conversación entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. (Alexis Márquez Rodríguez, La comunicación impresa.)

Argumentación: “Defender una idea u opinión aportando un conjunto de razones que justifiquen nuestra postura”. La argumentación está vinculada con la persuasión, con las formas discursivas denominadas retórica y oratoria en la antigüedad, es decir, el discurso que seduce y convence al interlocutor o auditorio. Como ya hemos mencionado en toda crónica hay una perspectiva o punto de vista respecto al objeto en el cual se centra, bien sea una persona, un lugar, región o ambiente; o un acontecimiento particular, y también se busca un estilo que seduzca al lector o auditorio, pero en la crónica ese punto de vista no se expresa de manera directa, frontal.

EL PERSONAJE

Diferenciamos las personas (sujetos reales que configuran nuestro punto de partida), del personaje de la crónica (la manera en que recreamos esas personas, tomando determinados rasgos suyos, para construir un relato, transformándolos así en personajes, seres de ficción).

Sin embargo, a pesar de que el personaje es un ser ficticio, debe dar la impresión de ser real, debe cobrar vida como cualquier persona del mundo que nos rodea. Inicialmente hay dos aspectos a ser tomados en cuenta para configurar un personaje: a) Su configuración externa y b) Su configuración psicológica.

a) La configuración externa: Descripción física del personaje, todo aquello que podría observarse al ver una persona: su edad, su raza, su altura, los rasgos o características de su rostro o su expresión, su vestimenta, sus modales.
b) La configuración psicológica: El aspecto psicológico se representa en el relato a través del comportamiento del personaje en situaciones concretas. Lo que permite observar y explicar la motivación de las acciones del personaje, su vínculo con los otros. Pero de igual modo podemos expresar sus ideas o sentimientos, su mundo interior. La gestualidad puede servirnos para mostrar rasgos de su carácter: la risa fácil, el silencio que expresa reserva, la agresividad o la violencia al reaccionar.

Igualmente podemos distinguir entre los personajes planos y esféricos. Los planos no varían en su configuración a través de la trama, como es el caso de los personajes típicos de la crónica costumbrista. Mientras los esféricos son más complejos y pueden sufrir cambios a lo largo del relato.

Las variables sociales: A los personajes los pueden determinar diversas variables sociales: el sexo, la edad, la clase social, el rol social que desempeña, su ocupación, su nivel educativo, vicios y virtudes, lugar o ambiente en el que se encuentra, en qué situación se encuentra.

De qué maneras una narración nos permite configurar el perfil de un personaje:
a) Descripción directa realizada por el narrador.
b) Las acciones y pensamientos del personaje.
c) De qué manera se vincula con los otros personajes de la trama.
d) El discurso del personaje (qué dice y cómo lo dice).
e) En oposición a otros personajes: la valentía frente a la cobardía o la pusilanimidad, la honestidad y la fidelidad frente a la traición, la bondad y la generosidad frente a la avaricia.

Noción de verdad
a) Si el personaje es lo que parece: responde a la verdad.
b) Si esconde lo que es: identidad oculta.
c) Si parece lo que no es: no responde a la verdad.

Marcos referenciales
Expectativas del lector o receptor del relato frente al personaje, que construye de acuerdo a sus referencias previas sobre personajes o personas.

Los personajes referenciales
Aquellos que podemos vincular con un marco referencial previo. De acuerdo a ese marco se espera de ellos determinados comportamientos:
a) Los personajes históricos.
b) Los personajes míticos o legendarios (El rey Arturo, San Nicolás, las hadas, las princesas y los príncipes)

La coherencia
Toda mención a la identidad del personaje contiene información que limita otras posibilidades. Si un personaje es atractivo y rico no actuará igual que uno que es feo y pobre. Sin embargo, la historia de la literatura, o la ficción en general, podemos encontrar personajes que rompen con el estereotipo: Doña Bárbara, el personaje de Rómulo Gallegos, nos presenta una imagen de la feminidad que no es maternal ni delicada; en la película Hrek el príncipe protagonista es un ogro verde y feo.

La focalización: El punto de vista o la focalización de quien narra puede reflejar personajes de un mismo ambiente de manera distinta. En Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa encontramos una narración jocosa sobre prostitutas mientras que en el cuento “La mano junto al muro” de Guillermo Meneses, o en los relatos de Henry Miller o Salvador Garmendia encontramos otro tipo de imágenes sobre los mismos ambientes y personajes: el prostíbulo y las prostitutas. En la crónica esto es fundamental, es decir, desde qué perspectiva se quiere representar la realidad.

Vínculo entre personaje y acontecimiento:
Un determinado acontecimiento puede determinar cambios en un personaje, o viceversa, las alteraciones en la estructura de un personaje pueden influir en los acontecimientos y determinar el desenlace de una fábula. Por ejemplo, presenciar un crimen o cometerlo, es el caso de la crónica “El matadero” de Echeverría; encontrarse en un lugar que no se conoce y no entender el comportamiento de los lugareños, es el caso de “Contratiempos de un viajero” de Juan Manuel Cagigal. Esta estructura fue común en la crónica ejemplarizante del siglo XIX, la cual quería mostrar comportamientos poco “civilizados” del vulgo. Se representaban las peripecias del señor educado en ambientes donde la masa inculta lo agredía sin piedad, y terminaba en un puesto de socorro o incluso en la funeraria.

Bibliografía

Bal, Mieke. (1990). Teoría de la narrativa. (Una introducción a la narratología). Madrid: Cátedra.
Calsamiglia, Helena y Amparo Tusón. (2002). Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.
Herrera, Earle. (1991). La magia de la crónica. Caracas: Fondo Editorial de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela.
Márquez Rodríguez, Alexis. (2006, 2da. reimpresión de la 2da. edición). La comunicación impresa. Teoría y práctica del lenguaje periodístico. Valencia/Caracas: Vadell Hermanos.

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