viernes, 26 de marzo de 2010

Sección 7, viernes 19 de marzo de 2010

EL COSTUMBRISMO

En dicha sesión comenzamos por aclarar que el Costumbrismo no fue un movimiento o escuela literaria, sino una forma de expresión narrativa breve, que apareció en publicaciones periódicas latinoamericanas, durante el siglo XIX, para mostrar, con humor, tipos y costumbres locales. (Alba Lía Barrios). Dichos textos estuvieron muy vinculados al proceso de configuración de las naciones hispanoamericanas, luego de los procesos de Independencia. Alcanzada la independencia política, se buscaba la independencia cultural. Es por ello que los personajes protagónicos de la crónica costumbristas son personajes típicos locales, como el llanero o el gaucho. Por otra parte, hay que destacar su carácter didáctico, ya que al mostrar la idiosincracia, se mostraban códigos de comportamiento en los que se oponían la civilización (el comportamiento correcto) de la barbarie (el inadecuado) con la finalidad de educar al pueblo. De allí que las crónicas costumbristas fuesen breves, jocosas, ágiles, de fácil comprensión por un público masivo, en buena parte con poca o ninguna educación formal. La utilización del lenguaje coloquial apela a la identificación y complicidad del lector. Según su foco pueden señalarse dos tipos de crónicas:
a) Cuadros o semblanzas: El foco está en el contexto social, en modos de comportamiento colectivo, grupal.
b) Crónicas o artículos de costumbres: El foco está en la narración de hechos o en personajes tipo ("Un romántico", "El baladrón"). Estos personajes se vinculan a estereotipos, definiciones que el colectivo otorga a determinada cosa o persona según sus características.
Estos textos buiscaban reflejar, con sentido crítico, lo cotidiano de una nacionalidad, el espíritu nacional. Expresa Alba Lía Barrios: "El costumbrista invita al lector a tomar distancia y ver con sentido crítico, teñido de ironía, aquello que le rodea, de allí su preferencia por la hipérbole y los contrastes remarcados, instrumentos básicos de la técnica caricturesca".
DIFERENCIAS ENTRE EL PRIMERO Y EL SEGUNDO COSTUMBRISMO
Leímos dos textos costumbristas, "Contratiempos de un viajero" de Juan Manuel Cagigal y "Un llanero en la capital" de Daniel Mendoza, observando las diferencias textuales y de enfoque entre el primer costumbrismo y el segundo:
En el texto de Cagigal, perteneciente al Primer costumbrismo, el protagonista es un personaje burgués, educado, cuya mirada positivista y conservadora, que defiende el orden establecido, los valores tradicionales, se oponga al desorden de los comportamientos populares. Su mirada es distanciada, extrañada, y destaca desde el inicio los aspectos negativos de la sociedad que describe. Esta distancia lo lleva a sufrir un sinfín de dificultades, debido a que no busca adaptarse y comprender un medio que le es desconocido (con frecuencia es extranjero). Mira la realidad como un científico miraría su objeto de estudio. Aquí se observa la notable influencia del Positivismo, escuela filosófica de la época, que vinculó la verdad científica con las ciencias sociales, destacando la influencia del medio y la raza como factor determinante en la configuración del individuo. Detrás de la consigna positivista "orden y progreso" se escondía el miedo a la irrupción de la masa como fuerza colectiva. Es por ello que en los textos del Primer costumbrismo predomine la focalización externa y los personajes populares sólo se observen en su exterioridad y casi siempre como masa, turba, reunidos en calles y mercados, sin atribuírseles rasgos subjetivos. Nótese que el texto utiliza un lenguaje culto, hace refrencia a acontecimientos históricos, y su formato es la carta.
Mientras que en "Un llanero en la capital" notamos un cambio fundamental en el lenguaje y en la perspectiva de narración. En el texto predomina la mímesis, es decir, hablan directamente los personajes. Su personaje protagónico es un personaje popular, un llanero, el cual nos es descrito no sólo físicamente sino que también tiene voz, un dialecto que le es propio (el cual se representa a través de una ortografía distorsionada) y establece un diálogo de tú a tú con el personaje culto de ciudad, el "dotor", quien no lo ve con desprecio, sino con sorpresa y simpatía. Al saber librezco se opone la sabiduría popular de Palmarote, su curiosidad, su manera particular de ver la nueva realidad que le rodea, y de intentar comprenderla. A diferencia del extranjero culto del Primer costumbrismo. Palmarote "diferencia con buen tino lo esencial de lo superfluo" y se sorprende, con picardía, de lo innatural y trastocado de la vida caraqueña marcada por el consumismo, el tráfico, la afectación. En la perspectiva del segundo costumbrismo hay una perspectiva más cercana respecto a lo representado, a esto contribuye el uso del lenguaje coloquial, el qu elos personajes hablen directamente, como si estuviesemos en una representación teatral y fuésemos testigos directos de lo que va ocurriendo. Ya no hay la amargura distante del Primer costumbrismo, sino un humor, liviano, jocoso, que no deja, sin embargo, de cuestionar, la vida "civilizada".
Bibliografía
Barrios, Alba Lía. (1994). Primer costumbrismo venezolano. Caracas: Ediciones Casa de Bello.
Picón Salas, Mariano. (1980). Antología de costumbristas venezolanos del siglo XIX. Caracas: Monte Ávila Editores.

Sección 6, viernes 12 de marzo de 2010

El viernes 12 de marzo vimos el documental "Caracas, cronica del siglo XX" en la sala Cabrujas, en la sede de Cultura del municipio Chacao, comentamos el documental, su tema, su enfoque. Dicho documental es una suerte de compilación de crónicas, centradas en las transformaciones urbanísticas de la capital venezolana, en el siglo pasado, especialmente en la arquitectura y organización de la ciudad, bajo la influencia de diversos factores políticos y sociales. De igual modo, leímos y comentamos un texto de José Ignacio Cabrujas, "De las garzas, de las rosas", en el cual observamos la prolepsis, es decir, a partir de diversos factores que caracterizan el presente, el autor hizo una proyección de lo que podría ser el futuro del país.

jueves, 11 de marzo de 2010

Sesión 5, viernes 5 demarzo de 2010

Continuamos revisando ejercicios de taller de los participantes, en esta ocasión nos centramos en un acontecimiento representado desde la perspectiva del narrador-testigo-protagonista. En todos los textos leídos había hechos inesperados, de los que nos brinda Caracas y Venezuela cotidianamente: el desalojo de una torre por alerta de bomba, un posible atraco en un transporte público, un viaje en carretera de cinco horas, que se transformó en uno de 20 horas lleno de peripecias, un mal paso en el metro de la ciudad, que afortunadamente no terminó en tragedia. Teóricamente revisamos distintos conceptos vinculados a lo construccion discursiva:
LA PERSPECTIVA DE NARRACIÓN
Un mismo acontecimiento puede ser narrado desde múltiples perspectivas. El modo de narrar construye los hechos, hace que el lector o auditorio los vea de determinada manera. Un narrador puede centrarse en los aspectos agradables o positivos de un personaje, un lugar o acontecimiento, pero también desde una perspectiva negativa. La perspectiva podemos vincularla con las ideologías, las creencias, los valores. Recordemos que el discurso en la crónica presenta siempre un punto de vista subjetivo. Si soy, por ejemplo, militante de un partido político, o practicante de un culto religioso, si escribo sobre un tema vinculado con mi fe o mi ideología difícilmente seré imparcial. La visión sobre los acontecimientos de un niño o adolescente es necesariamente distinta de la que puede ofrecernos una persona adulta. Una forma específica de perspectiva es la FOCALIZACIÓN. De manera general podemos distinguir la focalización interna y la externa. ¿Quién narra está involucrado en los acontecimientos o no?¿Ve las cosas desde afuera o se involucra?¿Se centra en lo que ve en lo que puede percibirse con los sentidos, o hace referencia a emociones, sentimientos o ideas? Según la intención hay diversos tipos de discurso: a) informativo; b) argumetativo; c) emotivo d) poético (estético); c) Fático (expresiones utilizadas solamente para mantener la comunicación. En un mismo texto puede variar la perspectiva y la focalización. Puede iniciarse, por ejemplo, desde una focalización externa y luego pasar a interna o viceversa. En un texto narrativo debemos diferenciar la perspectiva del narrador de la perspectiva del personaje, porque no siempre coinciden, como ya vimos, en la narración en tercera persona o heterodiegética la perspectiva del narrador es distinta a la del personaje o personajes protagónicos.
EL TIEMPO
Los acontecimientos en un texto son procesos. Un proceso implica cambio sucesivos, y por lo tanto una evolución, y eventualmente una transformación, es decir, una sucesión en el tiempo o una cronología. Lo que en narratología denominamos ORDEN O SECUENCIA. El orden o secuencia ocurre según determinada lógica: una persona que regresa tiene que haberse ido primero, una reconciliación ocurre si antes ha habido una pelea. Los acontecimientos, igualmente presentan una DURACIÓN (un breve momento, unas horas, varios días, varios años). Un breve instante puede cambiar la vida de un personaje, en otras historias los cambios se estan de manera lenta, prolongada. Cada tipo de crónica, según su tema, tiene determinada duración. Un evento deportivo o social tiene una duración específica, la narración de un evento inesperado puede durar unos minutos, unas horas, una jornada entera. Aunque, como expresara Aristóteles "el cambio es de naturaleza interior", es decir, si no percibimos un cambio tenemos l aimpresion de que no ha corrido el tiempo. La noción de tiempo, desde el punto de vista de la percepción, es relativo.
Debemos diferenciar el tiempo de la historia (cuando los acontecimietos narados ocurrieron), del tiempo del discurso (el momento en qu eson narrados). Lo más frecuente es que los acontecimientos narrados ya hayan ocurrido.
Época de los acontecimientos relatados: los hechos pueden haber ocurrido recientemente, en la época actual; pero eventualmente los cronistas hacen referencia a hechos ocurridos en otra época.
Tiempo verbal de la historia: presente, pasado, subjuntivo, gerundio, etc.
Desviaciones cronológicas: No siempre el relato de los hechos se hace de manera lineal, en algunos casos la manera de narrar puede implicar rupturas temporales:
Analepsis: narración retrospectiva.
Prolepsis: Anticipación, se adelantan acontecimientos futuros, que son anunciados o insinuados en el textos.
Reiteración: Se utiliza usualmente para cambiar, añadir, hacer hincapié en el significado de un acontecimiento.
Elipsis: Se omite un hecho que será expuesto más adelante, con la intención de crear suspenso.
Lineas paralelas: varios acontecimientos suceden a un mismo tiempo.
Acronía: Imposibilidad de establecer una cronología precisa.
EL ESTILO VINCULADO A LA PERSPECTIVA
Como ya hemos señalado con frecuencia el cronista utiliza formas discursivas indirectas u oblicuas. La escritura contemporánea, en general, se ha caracterizado, por prácticas textuales críticas, irónicas, que han puesto en entredicho los presupuestos de lo real que postuló la modernidad: la visión unívoca de la verdad científica que ordena el mundo en categorías definibles, delimitables. Frente a la organización lógica y objetiva de lo real EL ABSURDO deja en evidencia lo negativo de la condición humana, a través de la irrupción de la incongruencia, el sinsentido, lo inesperado. Freud, en las bases del psicoanálisis dejó en evidencia la existencia, dentro de nuestra propia mente, de otra lógica más profunda, la del deseo, y otras pulsiones que podemos vincular con el inconsciente.
LA IRONÍA: Cuando hacemos referencia a la ironía debemos diferenciar la ironía como actitud vital, como perspectiva, que es previa a cualquier discurso, y el modo en que esa manera de ver las cosas, luego se textualiza, se vuelve una forma discursiva. Aquí nos interesa centrarnos en la ironía como forma discursiva. Históricamente se vincula la ironía con la época romántica y su pesimismo, la destrucción de la ilusión. Lo que vincula a la ironía con la reflexión y con el cuestionamiento de las verdades oficiales, es decir, es una forma de cuestionar en orden de cosas del mundo. El diccionario la define como "decir lo contrario de lo que se quiere dar a entender". Por lo tanto, la ironía, nos pide, leer entrelíneas, buscar otro significado detrás del literalmente expuesto. Ninguna situación es irónica en sí misma, está en la perspectiva de quien la percibe. En el discurso oral, un repentino cambio de tono puede indicar la presencia de la ironía. En el escrito algunos signos de puntuación podrían señalar ese cambio de tono: los puntos suspensivos, el paréntesis, los guiones, algunas formas de interrogar, un título que parece no concordar con el contenido, o un paréntesis. Con frecuencia es el contexto el que nos señala cuándo una frase tiene un sentido irónico o no, y nuestra experiencia previa.
EL HUMOR Y LO CÓMICO: Aunque se parecen lo cómico y lo humorístico no son iguales; pero ambas formas discursivas implican una reformulación del sentido (o significado). Proponen un discurso ambigüo, que al igual que la ironía, pide una segunda interpretación. Con frecuencia ambas se presentan a través de la hipérbole (la exageración). Por lo que nos producen risa. Estéticamente podemos vincularlas a lo grotesco, el absurdo, la parodia. Traspasan los límites de lo convencionalmente aceptado como representación. El humorista, señala Víctor Bravo, "se distancia de la realidad, relativiza la verdad, degrada los valores consagrados". Representa así el intersticio que puede haber entre el lenguaje y la realidad, entre la realidad y la representación, la existencia de un segundo nivel subyacente. Deleuze, por su parte, citado por Bravo, expresa: "El mundo moderno es el mundo de los simulacros". Aquí entramos nuevamente en la ironía como perspectiva, en el mundo en sí, en sus dinámicas hay contrasentido, absurdo, falsas representaciones, detrás de las cuales, hay una forma de burla hacia quien es su víctima. Es por ello que también estas formas discursivas pueden vincularse también con la crueldad, en tanto implican con frecuencia la degradación física o moral de alguien. Lo cómico es más directo, nos muestra de una vez esa degradación, mientras el humor va más dirigido a la inteligencia, busca hacer reflexionar al receptor.
Bibliografía
Allemann, Beda. "La ironía como principio literario". En Literatura y reflexión. Tomo II. Buenos Aires: Editorial Alfa.
Bal, Mieke. Teoría de la narración. Madrid: Cátedra
Baudelaire, Charles. De la esencia de la risa. Caracas: Ediciones Khaos.
Bravo, Víctor. Figuraciones del poder y de la ironía. Caracas: Monte Ávila Editores
Brioschi, F. y C. Di Girolamo. Introducción al estudio de la literatura. Barcelona: Ariel
Booth, Wayne. Retórica de la ironía.
Díaz-Migoyo, Gonzalo. "El funcionamiento de la ironía". En Humor, ironía, parodia. Madrid-Caracas: Revista Espiral/Editorial Fundamentos.
Calsamiglia, Helena y Amparo Tusón. Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Sesión 4, viernes 26 de febrero de 2010

Iniciamos en esta sesión los ejercicios propiamente de taller con la lectura y revisión por parte del grupo, de un ejercicio que consistió en describir un personaje y vincularlo con un lugar específico. Un jardinero, un zapatero, un sujeto de los que se montan en el transporte público para ofrecer libros de metafísica, un gato, la señora de limpieza de una torre de oficina, cobraron vida en los textos. De eso se trata, de ir configurando textos que retraten esta época que nos ha tocado en suerte. Me he llevado los textos para revisar puntuación y ortografía.
LA CRÓNICA Y LA EXPRESIÓN.
EL MODO
El modo de narrar construye los hechos, hace que el lector, o auditorio los vea de determinada manera. Hay básicamente dos modos de presentar una historia: la mímesis y la diégesis
La mímesis (o discurso directo): Hablan los personajes directamente. El lector o auditorio puede tener la sensación de estar presente. Hay tres formas básicas de mímesis: el monólogo (habla un solo personaje), el diálogo (hablan dos o más personajes) y el soliloquio (hay dos o más personajes, pero sólo habla una, él o los demás no responden).
La diégesis: (discurso indirecto): Hay enunciación, narración, no hablan directamente los personajes, sino lo hace el narrador. La enunciación tiene que ver con la manera en que quien narra se presenta a través de su discurso. La inscripción del yo en el discurso implica la configuración de una identidad discursiva y marca el tono de la interacción: su discurso puede ser coloquial o formal, dramático o humorístico, puede estar presente explícitamente o no. Quien escribe puede hacer un discurso subjetivo (se describe a sí mismo) o escribir objetivamente, puede hablar a nombre de un colectivo ("nosotros los caraqueños", "nosotros los periodistas"). Esto puede indicar sentido de pertenencia o búsqueda de complicidad con el lector o auditorio. También pueden usarse sintagmas nominales (este servidor, quien escribe).
LA VOZ
Cuando nos referimos a la voz estamos centrados en el narrador y la enunciación. El narrador es un ente ficcional que organiza y cuenta la historia de uan determinada manera. No debe confundirse con el autor, la persona de carne y hueso que escribe el texto, el narrador sólo existe en el relato. Hay tres formas básicas de narrador según su vínculo con los acontecimientos:
Narrador autodiégetico (narrador en primera persona): Quien narra los acontecimientos es el protagonista de los hechos narrados. Con frecuencia lo hace en pasado. Quien narra es el protagonista pero también el responsable de la narración. En un texto el personaje puede hacer mímesis (hablar directamente en el texto) pero también diégesis (narrar los acontecimientos).
Narrador heterodiegético: (narrador en tercera persona) No participa en los hechos narrados. Narra como un observador.
Narrador Homodiegético: No es el protagonista principal de los hechos narrados pero si es parte de la historia, está vinculado con él.