En dicha sesión comenzamos por aclarar que el Costumbrismo no fue un movimiento o escuela literaria, sino una forma de expresión narrativa breve, que apareció en publicaciones periódicas latinoamericanas, durante el siglo XIX, para mostrar, con humor, tipos y costumbres locales. (Alba Lía Barrios). Dichos textos estuvieron muy vinculados al proceso de configuración de las naciones hispanoamericanas, luego de los procesos de Independencia. Alcanzada la independencia política, se buscaba la independencia cultural. Es por ello que los personajes protagónicos de la crónica costumbristas son personajes típicos locales, como el llanero o el gaucho. Por otra parte, hay que destacar su carácter didáctico, ya que al mostrar la idiosincracia, se mostraban códigos de comportamiento en los que se oponían la civilización (el comportamiento correcto) de la barbarie (el inadecuado) con la finalidad de educar al pueblo. De allí que las crónicas costumbristas fuesen breves, jocosas, ágiles, de fácil comprensión por un público masivo, en buena parte con poca o ninguna educación formal. La utilización del lenguaje coloquial apela a la identificación y complicidad del lector. Según su foco pueden señalarse dos tipos de crónicas:
a) Cuadros o semblanzas: El foco está en el contexto social, en modos de comportamiento colectivo, grupal.
b) Crónicas o artículos de costumbres: El foco está en la narración de hechos o en personajes tipo ("Un romántico", "El baladrón"). Estos personajes se vinculan a estereotipos, definiciones que el colectivo otorga a determinada cosa o persona según sus características.
Estos textos buiscaban reflejar, con sentido crítico, lo cotidiano de una nacionalidad, el espíritu nacional. Expresa Alba Lía Barrios: "El costumbrista invita al lector a tomar distancia y ver con sentido crítico, teñido de ironía, aquello que le rodea, de allí su preferencia por la hipérbole y los contrastes remarcados, instrumentos básicos de la técnica caricturesca".
DIFERENCIAS ENTRE EL PRIMERO Y EL SEGUNDO COSTUMBRISMO
Leímos dos textos costumbristas, "Contratiempos de un viajero" de Juan Manuel Cagigal y "Un llanero en la capital" de Daniel Mendoza, observando las diferencias textuales y de enfoque entre el primer costumbrismo y el segundo:
En el texto de Cagigal, perteneciente al Primer costumbrismo, el protagonista es un personaje burgués, educado, cuya mirada positivista y conservadora, que defiende el orden establecido, los valores tradicionales, se oponga al desorden de los comportamientos populares. Su mirada es distanciada, extrañada, y destaca desde el inicio los aspectos negativos de la sociedad que describe. Esta distancia lo lleva a sufrir un sinfín de dificultades, debido a que no busca adaptarse y comprender un medio que le es desconocido (con frecuencia es extranjero). Mira la realidad como un científico miraría su objeto de estudio. Aquí se observa la notable influencia del Positivismo, escuela filosófica de la época, que vinculó la verdad científica con las ciencias sociales, destacando la influencia del medio y la raza como factor determinante en la configuración del individuo. Detrás de la consigna positivista "orden y progreso" se escondía el miedo a la irrupción de la masa como fuerza colectiva. Es por ello que en los textos del Primer costumbrismo predomine la focalización externa y los personajes populares sólo se observen en su exterioridad y casi siempre como masa, turba, reunidos en calles y mercados, sin atribuírseles rasgos subjetivos. Nótese que el texto utiliza un lenguaje culto, hace refrencia a acontecimientos históricos, y su formato es la carta.
Mientras que en "Un llanero en la capital" notamos un cambio fundamental en el lenguaje y en la perspectiva de narración. En el texto predomina la mímesis, es decir, hablan directamente los personajes. Su personaje protagónico es un personaje popular, un llanero, el cual nos es descrito no sólo físicamente sino que también tiene voz, un dialecto que le es propio (el cual se representa a través de una ortografía distorsionada) y establece un diálogo de tú a tú con el personaje culto de ciudad, el "dotor", quien no lo ve con desprecio, sino con sorpresa y simpatía. Al saber librezco se opone la sabiduría popular de Palmarote, su curiosidad, su manera particular de ver la nueva realidad que le rodea, y de intentar comprenderla. A diferencia del extranjero culto del Primer costumbrismo. Palmarote "diferencia con buen tino lo esencial de lo superfluo" y se sorprende, con picardía, de lo innatural y trastocado de la vida caraqueña marcada por el consumismo, el tráfico, la afectación. En la perspectiva del segundo costumbrismo hay una perspectiva más cercana respecto a lo representado, a esto contribuye el uso del lenguaje coloquial, el qu elos personajes hablen directamente, como si estuviesemos en una representación teatral y fuésemos testigos directos de lo que va ocurriendo. Ya no hay la amargura distante del Primer costumbrismo, sino un humor, liviano, jocoso, que no deja, sin embargo, de cuestionar, la vida "civilizada".
Bibliografía
Barrios, Alba Lía. (1994). Primer costumbrismo venezolano. Caracas: Ediciones Casa de Bello.
Picón Salas, Mariano. (1980). Antología de costumbristas venezolanos del siglo XIX. Caracas: Monte Ávila Editores.