viernes, 19 de febrero de 2010

SESIÓN TRES, JUEVES 18 DE FEBRERO DE 2010

ESPACIO-LUGAR-AMBIENTE. LA CRÓNICA COMO EXPRESIÓN DE CIUDADANÍA.

EL ESPACIO:

La noción de espacio, como la noción de tiempo, es una abstracción humana. Existe en tanto podemos vincularla con la percepción de un sujeto, una persona. La enciclopedia define el espacio como: “Continente de todos los objetos sensibles que coexisten//Parte de este continente que ocupa cada objeto sensible.//Capacidad de terreno sitio o lugar.//Transcurso de tiempo.//Lugar descampado.//Geom. Lugar con tres dimensiones: longitud, latitud y profundidad. Éste es el que perciben intuitivamente nuestros sentidos.” Es decir, podemos vincular la noción de espacio a una habitación, a un terreno o al universo que nos contiene y cuyo espacio, en realidad, no es medible. La teoría de la relatividad planteó inclusive la existencia de una cuarta dimensión, que sería vertical a los tres ejes de coordenadas ya mencionados, longitud, latitud y profundidad. Matemáticamente es posible desarrollar geometrías de cualquier número de dimensiones, pero no ha sido posible demostrar la realidad física de esa posibilidad. Algunos relatos de ciencia-ficción se basan en esos presupuestos. Pero en lo que compete a un cronista, que pretende representar la realidad actual, o pasada, nos centraremos en el vínculo del espacio con la actividad humana:

Formas de presentación del espacio
a) estable: El sujeto que ve, observa desde un punto fijo.
b) dinámica: El sujeto que ve, se desplaza.

LOS PERSONAJES Y EL ESPACIO:
Oposiciones espaciales:
-interior-exterior (protección o peligro)
-cerca-lejos (visión global ó visión detallada, estar cerca del objetivo o no)
-abierto-cerrado (libertad-prisión)
-conocido-desconocido
-asequible-inasequible (El castillo de Kafka)
-ciudad-campo (la ciudad equivale a la civilización y el campo a la barbarie; o a la inversa (la ciudad, lugar de corrupción y alienación y el campo como lugar de la pureza)
marco: implica las notaciones de tiempo histórico y de lugar geográfico en que ocurren los acontecimientos, mediante el marco es posible percibir él ó los ambientes en que se desarrolla el acontecer.
el espacio y su percepción a través de los sentidos: (vista, oído, tacto)
-cerca-lejos (un rumor que se vuelve griterío, puede implicar peligro) oído
-oscuridad-claridad (la oscuridad no permite ver, desdibuja el lugar, sus formas, colores, volúmenes, un anciano, por ejemplo, o un miope, pueden tener dificultades para percibir el espacio) vista
-El personaje, aún si no puede ver bien el lugar puede describirlo a través del tacto (húmedo, de barro, caliente-frío [la vendedora de fósforos que muere de frío]
Los objetos
El relleno de un espacio viene determinado por los objetos que cabe encontrar en él. Determinan el efecto espacial de la habitación por su forma, medida y colores. La configuración de los objetos, puede también tener una influencia en la percepción de ese espacio. En algunas historias se presentan los objetos en detalle. En otras historias cabe presentar el espacio en forma vaga e implícita.
Los ambientes y los objetos, así mismo, pueden caracterizar a los personajes por su clase social, edad, sexo, etc. "El alojamiento de una persona está conectado especialmente con su carácter, su forma de vida y sus posibilidades".

ESPACIO Y ACONTECIMIENTOS

Hay historias en las que espacio y acontecimiento están estrechamente vinculados: declaraciones de amor a la luz de la luna, apariciones fantasmales entre ruinas, alborotos en bares. Estas combinaciones prefijadas se las denomina topos.

TIEMPO Y ESPACIO
"La relación entre tiempo y espacio es de importancia para el ritmo. Cuando un espacio se presenta extensamente, es inevitable una interrupción de la secuencia temporal, a menos que la percepción del espacio sea gradual (en el tiempo) y pueda, por lo tanto, considerarse un acontecimiento.
Contexto temporal: Tiempo en el que ocurren los hechos narrados, si están narrados en presente o pasado, se enfocan en el tiempo actual o en algún otro período de la historia (novela de época o novela histórica). O en el caso de la ciencia ficción o el relato fantástico se ubican en un tiempo futuro o imaginario.


EL LUGAR: Se refiere a la posición geográfica en la que ocurren los acontecimientos (la ciudad de Caracas, San Fernando de Atabapo, el Delta del Orinoco). Mientras que el escenario es el lugar específico donde ocurren los acontecimientos: la habitación del personaje en el cual se centrará la crónica, el teatro, la puerta de la casa, la avenida Casanova de Caracas, el restaurante X.

Las referencias del lector: Si cierto acontecimiento se sitúa en Dublín, significará algo distinto que si ocurre en París, o en Machu Picchu. Hay lugares culturalmente emblemáticos. Todas las capitales, especialmente las grandes urbes, tienen rasgos comunes, pero si el lector vive en la ciudad o el escenario reseñado podrá interpretar ciertas claves o referencias que le son familiares. Mientras que la lectura de una crónica que transcurre en un lugar exótico despierta su imaginación o se espíritu de aventura. La periodista argentina Leila Guerriero para escribir su libro crónica Los suicidas del fin del mundo (Tusquets, 2005), viajó a un pequeño pueblo olvidado en la Patagonia, Las Heras, en el que se produjeron, en pocos años, una ola de suicidios, todos personas muy jóvenes. En ese caso el lugar es fundamental para entender la trama de la historia relatada, como en cualquier historia de horror, de pesadilla.

CONTEXTO SOCIAL O EL AMBIENTE: El entorno cultural -religioso, moral, social-, que condiciona el comportamiento de los personajes y que se expresa como una atmósfera o espacio espiritual que define, en último término, las característicos del acontecer.
De acuerdo a su contexto social o de ambiente podemos decir que un relato retrata la vida campesina, pequeñoburguesa, obrera, estudiantil.

A estas nociones de espacio, lugar y ambiente habría que agregar, tal como lo plantea Víctor Bravo en Figuraciones del poder y la ironía, que en nuestra representación de lo real intervienen tres ejes o esferas que colindan:
a) la objetividad
b) la subjetividad
c) Intersubjetividad
Existe el espacio observado, pero en su configuración verbal intervienen los tres ejes vinculados a la representación de lo real: a) la realidad objetiva, que perciben los sentidos; b) la subjetividad que influye en quien observa, las características del personaje vinculada al contexto y la situación en la que se encuentra (un lugar puede resultar extraño o amenazante para un niño, pero no para un adulto; o puede estar cargado de significación emotiva, según las circunstancias, etc) y c) La intersubjetividad: Hay lugares que tiene una connotación simbólica colectiva, como una Iglesia, un cementerio, un lugar de diversión o de reputación dudosa.

Leímos diversos textos en los cuales puede observarse las nociones de espacio, lugar y ambiente. El vínculo con el lugar es muy importante para la crónica, aún si se centra en un personaje, con frecuencia es su pertenencia a un lugar lo que lo define. Por ejemplo, es frecuente la contraposición entre personaje rural y urbano; lo rural se vincula a lo salvaje y desorganizado mientras lo citadino o urbano representa el mundo civilizado. Mientras la crónica de Indias se centró en el mundo natural del nuevo continente; la crónica costumbrista contrapuso lo rural y lo urbano; la crónica modernista y contemporánea se centran en la vida citadina. Pero, ¿qué define y diferencia el campo y la ciudad?:

-Uno de los factores que definen el salto de comunidad a ciudad es el crecimiento, en tres sentidos: a) El crecimiento demográfico (aumento de la población); b) El crecimiento económico (crecimiento en la producción de bienes); y c) El crecimiento espacial (extensión del espacio urbanizado). Las transformaciones sociales determinan nuevos roles y cambios en la ciudad física.
-La densidad de población en el ámbito urbano determina las formas de vida pública multitudinaria, lo masivo, que podemos vincular con el anonimato y la alienación, pero también con formas de identidad y memoria colectivas típicamente urbanas. La psicología de las masas, como expresara Freud, va más allá de la suma de sus partes individuales. La llamada industria cultural con sus ídolos y productos o los medios de comunicación masiva, sus imágenes o mensajes se configuran acorde a esa psicología de las masas. La ciudad contemporánea puede definirse como un centro de consumo.
-La pluralidad de ámbitos y culturas propias del vivir citadino y cosmopolita crea una gama rica de identidades sectorizadas pero también de alteridades, disidencias y enfrentamientos. En el ambiente rural, comunitario, es más frecuente la identidad, es decir, los modelos de comportamiento comunes. Mientras que las nociones de centro y periferia son más frecuentes en el ámbito urbano, donde algunos grupos se imponen sobre otros y dominan el ámbito público. Dentro de la diversidad urbana se hace indispensable la adopción de principios que regulen el comportamiento, el establecimiento por escrito de las leyes y las instituciones que hacen cumplir las leyes: la policía, los jueces y juzgados.
-Las formas de expresión urbanas son igualmente diversas y algunas son masivas: el espectáculo concebido para la multitud, las expresiones culturales efímeras, hechas para satisfacer el gusto, la moda del momento, el mitin político, entre otros.
-Los espacios simbólicos que identifican a la ciudad moderna son artificiales, mientras que los espacios simbólicos rurales están más vinculados a la naturaleza. Igualmente, se contraponen el vicio y la virtud, al diferenciar ambos espacios, la ciudad se vincula al vicio, la corrupción, la criminalidad, mientras el campo simbólicamente hablando es el lugar de la inocencia, la pureza. Lo exquisito y lo decadente también definen lo urbano y la desazón como característica espiritual.

Espacios y rasgos de identidad: En la ciudad hay espacios emblemáticos colectivos vinculados a la memoria y cultura de sus habitantes. Algunas décadas atrás la Ciudad Universitaria, las torres del Centro Simón Bolívar, la reurbanización de El Silencio, el hotel Humboldt en la cima del Ávila, el proyecto (inconcluso) de El Helicoide, fueron construcciones arquitectónicas emblemáticas vinculadas a la modernidad, al progreso. Como hoy, por ejemplo, en menor escala, la transformación de algunos espacios públicos en el municipio Chacao, reflejan cambios vinculados al ejercicio de la ciudadanía. Otros espacios públicos también han devenido en espacios simbólicos colectivos: la Av. Bolívar o la Plaza Brión como espacios colectivos de expresión política; la Plaza Altamira o los espacios aledaños a la Plaza Morelos, vinculados a la expresión cultural. Curiosamente un espacio natural es el lugar emblemático de los caraqueños de todos los ámbitos sociales y culturales: el Ávila, la cadena montañosa en cuyo valle se asienta Caracas.

La ciudad en la literatura venezolana: Desde el siglo XIX podemos mencionar textos literarios venezolanos vinculados al vivir citadino, la crónica costumbrista es básicamente urbana. A finales de ese siglo ya encontramos novelas como Todo un pueblo de Miguel Eduardo Pardo ó Ídolos rotos de Manuel Díaz Rodríguez que transcurren en la Caracas de la época, una ciudad aún rural. A comienzos del siglo XX, en obras como La Trepadora de Rómulo Gallegos o ifigenia de Teresa de la Parra podemos observar la descripción de la Caracas que ya presenta algunos rasgos de ciudad moderna. En Los alegres desahuciados de Mariño Palacios y en algunas de las novelas de Guillermo Meneses como Campeones, El falso cuaderno de Narciso Espejo, La misa de arlequín, ya podemos observar las características de una ciudad moderna. En la década del sesenta ya podemos señalar la consolidación del ambiente urbano en nuestra literatura con obras como País portátil de Adriano González León, Piedra de mar de Francisco Massiani, Historias de la calle Lincoln de Carlos Noguera, No es tiempo para rosas rojas-Antonieta Madrid, Los pequeños seres- Salvador Garmendia, Cuando quiero llorar no lloro-Miguel Otero Silva. Casi todas estas novelas, salvo Piedra de mar, tienen un elemento común: la violencia urbana. En épocas más recientes podemos destacar las novelas de ambiente urbano Después Caracas-José Balza y Latido de Caracas-Gisela Kosak.


Bibliografía:

Bal, Mieke. (1990). Teoría de la narrativa. (Una introducción a la narratología). Madrid: Cátedra.
Calsamiglia, Helena y Amparo Tusón. (2002). Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.
Jara, René y Fernando Moreno. Anatomía de la novela.
Márquez Rodríguez, Alexis. (2006, 2da. reimpresión de la 2da. edición). La comunicación impresa. Teoría y práctica del lenguaje periodístico. Valencia/Caracas: Vadell Hermanos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Sesión 2, jueves 11 de febrero de 2010


En la segunda sesión continuamos revisando algunas de las características de la crónica y hablamos sobre la construcción del personaje:

LOS TIPOS DE CRÓNICA

Perspectiva diacrónica: Como todo género, la crónica ha ido cambiando a través del tiempo, cambió en su intencionalidad y en su estilo:

La crónica histórica o crónica de Indias: Su intención era dar cuenta de la nueva realidad encontrada en el continente americano. En ellas parece confundirse la realidad con la ficción y el mito. Son también relatos épicos, de grandes hazañas frente a la naturaleza indomable de América. Sin olvidar que tenían un sentido práctico: informar a la Corona española de todo aquello a lo que puede sacársele provecho en el nuevo continente, incluyendo a sus pobladores.

La crónica costumbrista: Se publica en la prensa y las revistas de la época (siglo XIX). Están vinculadas a los procesos de Independencia política en América Latina, y la consecuente necesidad de definir, a posteriori, lo nacional. El protagonista de la crónica es el personaje típico.

La crónica modernista: También se publica en prensa y las revistas de la época (finales del siglo XIX y comienzos del XX). El cronista del Modernismo es escritor de oficio, quiere dar cuenta de hechos noticiosos de actualidad, y en un lenguaje de marcada elaboración estética.

La crónica contemporánea: Circula inicialmente en la prensa, la escriben escritores y periodistas de oficio, se centran en personajes y hechos de actualidad. Se diversifica según su tema. Hoy podemos encontrar crónicas no periodísticas en los nuevos medios virtuales. El blog, en principio, alberga, los más diversos tipos de crónica.

Perspectiva sincrónica

Según el tema que aborde podemos distinguir en un mismo período diversos tipos de crónica:

La crónica deportiva: Se centra en algún aspecto de un evento deportivo: Un juego específico, un atleta destacado, etc. El cronista, más allá de informar los resultados de una competencia, nos entrega los aspecto humanos de una competencia, se detiene en el impacto de la victoria o la derrota, la actitud de los espectadores, “aquellas pasiones y sentimiento que envuelven al deporte” (Earle Herrera, La magia de la crónica)

La crónica de sucesos o crónica “roja”: Relata los hechos delictivos o fuera de la ley (robos, asesinatos, tráfico de drogas), o trágicos, que ocurren en una ciudad; o aquellos que ocurren a nivel planetario, que por su trascendencia, se consideran de interés público (el paso devastador de un huracán, los efectos de un terremoto, o inundación). En este caso, por razones éticas, el cronista no puede, o no debe, tomar partido. Defender un acto criminal, le acarrearía el rechazo público. Un caso emblemático de crónica de sucesos, es la novela de no-ficción A sangre fría, de Truman Capote, que relata el asesinato de una familia en Kansas, e intenta adentrarse en la psicología de quienes cometieron el delito. Para escribirla su autor se trasladó al lugar de los hechos, entrevistó a personas de la comunidad, y los propios asesinos.

La crónica social: Da cuenta de eventos públicos de relevancia social, como su nombre lo indica: bautizos, bodas, cumpleaños, presentaciones de libros, películas, productos, servicios, etc. Sus protagonistas son, por lo general, personalidades de los estratos medios-altos y altos de la sociedad. La reseña de estos eventos, tal como ocurre con la publicidad, presenta una suerte de vitrina de exhibición de los protagonistas de una época, que siempre son: las familias “distinguidas”, las damas “elegantes”, los “excelentes” anfitriones.

La crónica de cultura y espectáculos: Reseña eventos vinculados al arte y la cultura (una exposición, un concierto, un evento de artes escénicas, la llegada a cartelera de una película) aunque también puede centrarse en una personalidad destacada en particular. Al igual que el cronista de sociales, para el de cultura y espectáculos, es fundamental el lenguaje: debe saber sobre el arte a ser reseñada y sus términos. Nos habla de “trazos”, “colores”, “tono de voz”, “movimientos musicales”, “los planos de la película”, “el guión”, “los personajes”, etc.

La crónica política: Como su nombre lo indica trata sobre el acontecer político de una época. Puede centrarse en un personalidad específica, un líder político, o en un evento o acontecimiento. Al igual que otros tipos de crónica utiliza términos que le son propios: “democracia”, “liderazgo”, “popularidad”, “demagogia”, “evento electoral”, etc.

FORMAS DISCURSIVAS CON LAS QUE TRABAJA LA CRÓNICA

La crónica puede hacer uso de todos los géneros discursivos que pueden estar presentes en una narración:

Narración: “Relato de una serie de acontecimientos lógica y cronológicamente relacionados que unos actores (personajes) causan o experimentan.” (Mieke Bal, Teoría de la narrativa). Tradicionalmente la narración presenta tres secuencias básicas: un estado inicial-nudo o complicación y la solución o desenlace. En el plano del contenido la narración está conformada por los personajes, el lugar y/o ambiente, las acciones y acontecimientos. Igualmente debemos determinar el tiempo de la narración. En el plano de la expresión debemos configurar el narrador (¿quién cuenta?, si estará representado de manera explícita); el punto de vista (¿cómo cuenta?¿desde qué perspectiva?); la focalización (¿en qué se centra el relato) y el estilo (como ya hemos señalado en la crónica es frecuente el uso de modos de expresión oblicuas: el humor, la ironía, la parodia, la paradoja).

Descripción: “Dibujar o representar una cosa, de modo que de cabal idea de ella.//Representar personas o cosas por medio del lenguaje.//Log. Definir una cosa, dando una idea general de sus partes o propiedades”. (Alexis Márquez Rodríguez, La comunicación impresa).

Diálogo: “Conversación entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. (Alexis Márquez Rodríguez, La comunicación impresa.)

Argumentación: “Defender una idea u opinión aportando un conjunto de razones que justifiquen nuestra postura”. La argumentación está vinculada con la persuasión, con las formas discursivas denominadas retórica y oratoria en la antigüedad, es decir, el discurso que seduce y convence al interlocutor o auditorio. Como ya hemos mencionado en toda crónica hay una perspectiva o punto de vista respecto al objeto en el cual se centra, bien sea una persona, un lugar, región o ambiente; o un acontecimiento particular, y también se busca un estilo que seduzca al lector o auditorio, pero en la crónica ese punto de vista no se expresa de manera directa, frontal.

EL PERSONAJE

Diferenciamos las personas (sujetos reales que configuran nuestro punto de partida), del personaje de la crónica (la manera en que recreamos esas personas, tomando determinados rasgos suyos, para construir un relato, transformándolos así en personajes, seres de ficción).

Sin embargo, a pesar de que el personaje es un ser ficticio, debe dar la impresión de ser real, debe cobrar vida como cualquier persona del mundo que nos rodea. Inicialmente hay dos aspectos a ser tomados en cuenta para configurar un personaje: a) Su configuración externa y b) Su configuración psicológica.

a) La configuración externa: Descripción física del personaje, todo aquello que podría observarse al ver una persona: su edad, su raza, su altura, los rasgos o características de su rostro o su expresión, su vestimenta, sus modales.
b) La configuración psicológica: El aspecto psicológico se representa en el relato a través del comportamiento del personaje en situaciones concretas. Lo que permite observar y explicar la motivación de las acciones del personaje, su vínculo con los otros. Pero de igual modo podemos expresar sus ideas o sentimientos, su mundo interior. La gestualidad puede servirnos para mostrar rasgos de su carácter: la risa fácil, el silencio que expresa reserva, la agresividad o la violencia al reaccionar.

Igualmente podemos distinguir entre los personajes planos y esféricos. Los planos no varían en su configuración a través de la trama, como es el caso de los personajes típicos de la crónica costumbrista. Mientras los esféricos son más complejos y pueden sufrir cambios a lo largo del relato.

Las variables sociales: A los personajes los pueden determinar diversas variables sociales: el sexo, la edad, la clase social, el rol social que desempeña, su ocupación, su nivel educativo, vicios y virtudes, lugar o ambiente en el que se encuentra, en qué situación se encuentra.

De qué maneras una narración nos permite configurar el perfil de un personaje:
a) Descripción directa realizada por el narrador.
b) Las acciones y pensamientos del personaje.
c) De qué manera se vincula con los otros personajes de la trama.
d) El discurso del personaje (qué dice y cómo lo dice).
e) En oposición a otros personajes: la valentía frente a la cobardía o la pusilanimidad, la honestidad y la fidelidad frente a la traición, la bondad y la generosidad frente a la avaricia.

Noción de verdad
a) Si el personaje es lo que parece: responde a la verdad.
b) Si esconde lo que es: identidad oculta.
c) Si parece lo que no es: no responde a la verdad.

Marcos referenciales
Expectativas del lector o receptor del relato frente al personaje, que construye de acuerdo a sus referencias previas sobre personajes o personas.

Los personajes referenciales
Aquellos que podemos vincular con un marco referencial previo. De acuerdo a ese marco se espera de ellos determinados comportamientos:
a) Los personajes históricos.
b) Los personajes míticos o legendarios (El rey Arturo, San Nicolás, las hadas, las princesas y los príncipes)

La coherencia
Toda mención a la identidad del personaje contiene información que limita otras posibilidades. Si un personaje es atractivo y rico no actuará igual que uno que es feo y pobre. Sin embargo, la historia de la literatura, o la ficción en general, podemos encontrar personajes que rompen con el estereotipo: Doña Bárbara, el personaje de Rómulo Gallegos, nos presenta una imagen de la feminidad que no es maternal ni delicada; en la película Hrek el príncipe protagonista es un ogro verde y feo.

La focalización: El punto de vista o la focalización de quien narra puede reflejar personajes de un mismo ambiente de manera distinta. En Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa encontramos una narración jocosa sobre prostitutas mientras que en el cuento “La mano junto al muro” de Guillermo Meneses, o en los relatos de Henry Miller o Salvador Garmendia encontramos otro tipo de imágenes sobre los mismos ambientes y personajes: el prostíbulo y las prostitutas. En la crónica esto es fundamental, es decir, desde qué perspectiva se quiere representar la realidad.

Vínculo entre personaje y acontecimiento:
Un determinado acontecimiento puede determinar cambios en un personaje, o viceversa, las alteraciones en la estructura de un personaje pueden influir en los acontecimientos y determinar el desenlace de una fábula. Por ejemplo, presenciar un crimen o cometerlo, es el caso de la crónica “El matadero” de Echeverría; encontrarse en un lugar que no se conoce y no entender el comportamiento de los lugareños, es el caso de “Contratiempos de un viajero” de Juan Manuel Cagigal. Esta estructura fue común en la crónica ejemplarizante del siglo XIX, la cual quería mostrar comportamientos poco “civilizados” del vulgo. Se representaban las peripecias del señor educado en ambientes donde la masa inculta lo agredía sin piedad, y terminaba en un puesto de socorro o incluso en la funeraria.

Bibliografía

Bal, Mieke. (1990). Teoría de la narrativa. (Una introducción a la narratología). Madrid: Cátedra.
Calsamiglia, Helena y Amparo Tusón. (2002). Las cosas del decir. Barcelona: Ariel.
Herrera, Earle. (1991). La magia de la crónica. Caracas: Fondo Editorial de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela.
Márquez Rodríguez, Alexis. (2006, 2da. reimpresión de la 2da. edición). La comunicación impresa. Teoría y práctica del lenguaje periodístico. Valencia/Caracas: Vadell Hermanos.

lunes, 15 de febrero de 2010

Sesión 1, martes 9 de febrero de 2010



En la sesión 1, martes 9 de febrero, hicimos las presentaciones de rigor, básicamente compartimos nuestros nombres, a qué nos dedicamos y por qué nos interesaba el taller de crónica. Luego nos centramos en dar algunas nociones generales sobre el género crónica:

DEFINICIÓN DE CRÓNICA: “Género narrativo que se centra, por lo general, en un personaje, evento ó acontecimiento específico de la actualidad, desde una mirada subjetiva, personal”.

CARACTERÍSTICAS DE LA CRÓNICA

Es un género híbrido ó fronterizo: Algunos estudiosos lo sitúan discursivamente entre el periodismo y la literatura; otros entre el periodismo, la literatura y la historia. Earle Herrera en La magia de la crónica lo define como “un género del periodismo de opinión”. Este encasillamiento discursivo dejaría fuera la crónica histórica, conocida entre nosotros como Crónica de Indias, la crónica oral, ó la crónica contemporánea no escrita por periodistas.

Vínculo con el periodismo:
-Informa sobre un personaje o hecho de actualidad.
-Se publica, por lo general, en un medio de comunicación masivo (la prensa, la revista).
-Para el cronista establecer vínculo lo más directo posible con el lector es fundamental. Su discurso está dirigido hacia él.
-El lenguaje utilizado debe ser ágil, dinámico, preciso y ameno. O se corre el riesgo de aburrir al lector y que este abandone la lectura del texto.
Diferencias: La función de los géneros periodísticos tradicionales como el reportaje, el artículo, la noticia, es básicamente informar, debe apegarse a los hechos, mientras la crónica no se conforma con la versión escueta del hecho. El punto de vista personal, la toma de posición frente a lo narrado, que caracteriza a la crónica no se le permite al periodista que reseña un acontecer noticioso. Expresa Earle Herrera en La magia de la crónica: “No solo se reseña, sino que se opina, ironiza, ridiculiza o exalta el acontecimiento de que se trata. Y de ese acontecimiento el cronista puede quedarse con un solo aspecto del mismo: el virtuosismo de un artista, la oratoria de un político, la aventura de un libro más que el libro en sí, el valor de un deportista, la indecisión de un árbitro de fútbol o la pasión que desborda el fanatismo”.

Vínculo con la literatura:
-El estilo hace al cronista. Por lo tanto la crónica debe presentar un lenguaje estéticamente elaborado. Aún si el estilo del autor es coloquial.
-Si bien la materia prima del cronista es un hecho actual, es igualmente un texto ficcional. En el sentido de que van a tomarse sólo determinados aspectos de la realidad reseñada para presentar al lector una representación subjetiva de esa realidad. Lo que el lector o receptor recibe no es la realidad, tal cual como es, sino la realidad recreada desde un determinado punto de vista, la del cronista.
Diferencias: El material del cronista no es imaginado libremente, toma como punto de partida un hecho real.

Vínculo con la Historia:
-Presentación de un hecho ocurrido efectivamente de manera lógica y cronológica. Pero el cronista al organizarlo lo ubica de manera específica por su tema y su ámbito. Se centra en la vida de un individuo, una ciudad o región; alguna gran empresa, como una guerra, una cruzada, un determinado proceso político; o alguna institución, como la monarquía, la Iglesia. Ofrece el acontecer ciudadano actual (social, económico, cultural o político).
Diferencias: El historiador trabaja con hechos ocurridos en el pasado, los estudia de manera secuencial y resalta los grandes hitos de esa secuencia. Hay una perspectiva cronológica distanciada en el tiempo. Mientras el historiador busca una gran panorámica, el relato de la crónica va al detalle, se centra en determinado (s) aspecto (s), el lector o espectador tiene la impresión de ser testigo del acontecimiento reseñado.


El estilo: El cronista busca per se seducir al lector, por lo tanto apela a diversos recursos para lograr este objetivo: un estilo suelto y ligero, dinámico; pero al mismo tiempo estéticamente elaborado; y con frecuencia acude a formas discursivas indirectas, tales como: el humor, la ironía, la parodia, la paradoja, e incluso, el sarcasmo. Con frecuencia su discurso interpela los discursos oficiales, transgrediéndolos y reelaborándolos. “Los cronistas, hacen transparentes las relaciones jerárquicas, de poder, y otras formas de organización social, los supuestos que rigen nuestro comportamiento social.” (María Josefina Barajas, Imaginarios de una cotidianidad). Su postura no es frontal, pero ofrece al receptor los elementos necesarios para que él (o ella) saque sus propias conclusiones.

La veracidad: Si bien la crónica presenta una postura subjetiva de un hecho o personaje, al igual que cualquier género periodístico, “debe atenerse a la verdad, no puede tergiversarla” (Earle Herrera, La magia de la crónica). Un cronista es siempre honesto con el receptor, no le miente. Sabe que la verdad absoluta no existe, por eso no busca imponer su verdad. Pero si pretende ser veraz.

La voz de los que no tienen voz pública: En la crónica no se da cuenta de los grandes acontecimientos desde la perspectiva del poder, se narra o se describe desde el punto de vista de la gente de a pie, desde una visión cotidiana. Por ello, con frecuencia, los personajes que la protagonizan son anónimos, del pueblo, o son personajes “populares”, es decir, que pertenecen al imaginario colectivo: el artista de cine o televisión, el cantante, la vedette. En definitiva, personajes, que más allá de su origen, se identifican con ellos una cantidad importante de los miembros de una comunidad o sociedad.

El aspecto revelador de la crónica: Su finalidad última, no evidente, “es arrojar luz sobre la parte oculta, lo que no se ve, lo desapercibido para la mayoría, el claroscuro de la vida, el detalle revelador, la relación entre realidades aparentemente distantes o contradictorias, la sorpresa y el asombro, ‘el perfil del instante’ que escapó a muchos y quedó plasmado en la crónica”. (Earle Herrera, La magia de la crónica).

Los temas de la crónica: Los temas de una crónica pueden ser variados: un personaje típico, por su oficio, su comportamiento; un lugar que pertenezca a la memoria colectiva de una comunidad o sociedad; o un evento o acontecimiento relevante (la elección de una autoridad pública, un concierto multitudinario, un desastre). Lo fundamental es que el tema escogido sea de interés común para la sociedad a la cual pertenece el cronista. (María Josefina Barajas, Imaginarios de una cotidianidad).

Bibliografía básica

Barajas, María Josefina. (1998). Imaginarios de una cotidianidad. Caracas: La Casa de Bello.
Cabrujas, José Ignacio. (1997). El país según Cabrujas. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Dahbar, Sergio. (1989). Sangre, dioses, mudanzas. Caracas: Alfadil Ediciones.
Herrera, Earle. (1991). La magia de la crónica. Caracas: Fondo Editorial de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela.
Lerner, Elisa. (1984). Crónicas ginecológicas. Caracas: Línea Editores.
Lerner, Elisa. (1979). Yo amo a Columbo. Caracas: Monte Ávila Editores.
Lerner, Elisa. (2000). Carriel para la fiesta. Caracas: Editorial Blanca Pantin.
Lerner, Elisa. (2000b). En el entretanto. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Muñoz, Boris. (2007). Despachos del Imperio. Caracas: Debate.
Rotker, Susana. La invención de la crónica. México: Fondo de Cultura Económica.
Valle, Gustavo. (2005). La paradoja de Itaca. De ciudades y de viajes. Caracas: Ministerio de la Cultura/Consejo Nacional de la Cultura.

Motivos

El presente blog ha sido creado para los miembros del primer taller de crónica de la Casa de la Cultura de Chacao, Caracas, Venezuela, del cual soy coordinadora. Mi intención es ir anotando en estas páginas una suerte de bitácora de lo que va ocurriendo en el taller. Dejar material teórico para sus miembros, información que pueda serles útil, y algunos de los trabajos que produzcamos. La semana pasada iniciamos el taller, el cual va a reunirse los martes y jueves de 5 a 7 pm en la sede de la Casa de la Cultura de Chacao. Por el momento, somos ocho personas, de distintas edades y ocupaciones, pero con un interés común: nos gusta leer y escribir, y pensamos que el taller de crónica nos permite compartir ese interés común.
Beatriz Alicia García
Lunes, 15 de febrero de 2010